miércoles, 8 de enero de 2014

Die Windsbraunt (La novia del viento, 1913-1914, Kuntsmuseum, Basilea)


El movimiento expresionista encontró su terreno más fértil en Alemania, donde consiguió provocar la cólera y el rechazo social. Cuando los nazis llegaron al poder, en 1933, todo el arte moderno fue condenado, y los principales jefes del movimiento fueron desterrados o se les prohibió trabajar. Entre los pintores que indignaron al público por negarse a ver solamente el aspecto brillante de las cosas se halla el austriaco Oskar Kokoschka (1886-1980), cuyas primeras obras provocaron una tormenta de indignación cuando se expusieron en Viena. La novia del viento o la tempestad es una de sus obras más celebres y en ella el artista plasmó la esencia del movimiento expresionista. Empezando por el tema tratado, el amor no correspondido, destacando así el carácter emotivo del mismo. Kokoschka representa un espacio convulso - el mar en tempestad o enfurecido – en el que están inmersos un hombre - el propio pintor- y una mujer - su amante Alma Mahler-. La novia del viento, metáfora del estado emocional del artista, significa la muerte y la eternidad de una pasión, de un amor que marcó y atormentó a Kokoschka de por vida. La relación del pintor con Alma Mahler se basava en el sexo, hasta el punto que él se enamoró de ella y ella le abandonó. Tres maridos y seis amantes conocidos pero ella nunca fue capaz de amar a ninguno, de ahí la metáfora del cuadro “novia del viento”. Dudo que exista mayor tragedia personal que no ser capaz de amar profundamente a nadie. Este cuadro es un homenaje de Oscar Kokoschka a ese amor efímero, posando en un momento, para él eterno, abrazados el uno al otro. 
En este óleo Kokoschka se desnudó haciéndonos partícipes de su agonía. La composición abierta y agitada, las manchas nerviosas de colores sucios y discordantes, el predominio de los colores fríos (blanco, azul y negro)  provocan que las dos figuras humanas a pesar de estar enmarcadas dentro de un ambiente casi abstracto aparezcan inmersas en una dramática soledad y sin ningún ápice de alegría. La fuerza expresiva de esta tempestad, manifesta en el trazo curvo, grueso y vehemente, nos hace suponer cuan traumática, terrible y brusca fue para el enamorado artista el abandono de su amada. 
"Uno mismo se cava la fosa, y luego se extraña de que la vida no haya mantenido lo que había prometido."  Oscar Kokoschka.